Padre, quiero oír Tu dulce voz. Pero a veces Tu eres como la brisa que no avisa. Y mi corazón vela por Ti y yo te espero. Espíritu de Dios ven a mi vida como la lluvia que tardó ...
Vuelve a llamar ... que listo estoy. Por favor, vuelve a tocar mi corazón. La verdad es que este jardín de intimidad se marchita si Tu no estás. Entonces Señor Jesús, vuelve a llamar porque quiero escuchar Tu dulce voz. Es un secreto entre los dos la intimidad entre Tu y yo.
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